jueves, 20 de noviembre de 2014

Qué hacer frente a una hemorragia externa

Cuando se nos presenta una hemorragia externa, es decir, la salida de sangre de un vaso sanguíneo cuando se produce su rotura a causa de un traumatismo en la piel; tendremos que actuar con especial rapidez, ya que la herida puede infectarse muy rá pido y por otra parte, la pérdida de sangre ocasiona complicaciones muy graves.

Distinguimos tres tipos de hemorragias externas:
Si se presentan escasas son hemorragias capilares o superficiales.
Cuando son de color rojo oscuro y con salida continua de sangre nos encontramos con hemorragias venosas.
Si son de color rojo brillante y con salida de sangre discontinua y abundante se trata de una hemorragia arterial.

CONTROL DE LA HEMORRAGIA

Compresión Directa: tendremos que presionar con fuerza la herida con una compresa de gasas o una tela limpia; realizaremos un vendaje para sostener esta presión si fuese preciso. Si en el momento del accidente no disponemos de material tendremos que limpiarnos las manos presionaremos directamente con las manos.

 Elevación: elevaremos las partes lesionadas a una altura superior a la que se encuentra el corazón con el objetivo reducir la presión sanguínea en la zona.




Presión Directa sobre la Arteria: comprimiremos con la yema de los dedos la arteria principal del lugar de la lesión contra el hueso subyacente, se detendrá el riego en el miembro en el que se aplique.

Torniquete: Lo utilizaremos como último recurso, ya que el flujo sanguíneo se detendrá, así que los tejidos afectados no recibirán oxígeno provocando la parálisis del miembro afectado. Esto lo conseguimos apretando con una venda o tela alrededor de este miembro deteniendo la circulación.


FUENTES:
 


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