Las
quemaduras son lesiones titulares que puede estar causadas por diferentes tipos
de agresiones tales como la energía térmica, energía eléctrica, sustancias
químicas o la radiación.
La
severidad de la quemadura depende de su extensión, su profundidad, la presencia
de otras lesiones y factores previos como la edad. Pueden causar hinchazón,
ampollas, cicatrices y en los casos más severos la pérdida del conocimiento y
hasta la muerte. También pueden conducir a infecciones porque dañan la barrera
protectora de la piel.
Según
su profundidad las quemaduras se clasifican en primer grado ( las más
superficiales ya que solo afectan a la epidermis que es la capa más externa de
la piel), segundo grado (más profundas que las anteriores ya que afectan
también a la dermis que es la segunda capa de la piel) y por último las de
tercer grado ( son las más graves de todas ya que no solo afectan a las capas
de la piel sino que también afectan a terminaciones nerviosas, vasos
sanguíneos, glándulas sudoríparas y sebáceas).
Las
quemaduras más frecuentes son las de primer grado. Se suelen producir en el
hogar, y la forma más común es por contacto:
•
Con
líquidos muy calientes (agua, café, aceite), son frecuentes en los niños
pequeños y ancianos.
•
Con
el fuego (cocinas, calentadores, estufas, velas).
•
Con
objetos a temperaturas elevadas (planchas, hornos, barbacoas, menaje).
Lo más importante sobre las quemaduras es
prevenirlas y para ello damos una serie de consejos:
En el hogar se producen aproximadamente el 70% de las quemaduras. En los
niños, las más comunes son las escaldaduras, por lo que conviene colocar de
manera segura los cazos, sartenes y vigilar la temperatura del agua a la hora
del baño. Los ancianos constituyen también un grupo de riesgo por lo que se deben
supervisar los baños y la cocina.
Un gran porcentaje de quemaduras se producen en los momentos de ocio, las
más comunes son las quemaduras por sólidos calientes, solares, y por barbacoas
por lo que hay que llevar ropa adecuada, usar protección solar, no usar
productos inflamables para encender barbacoas y mantenerlos alejados de los
niños.
En el caso de que se produzca una quemadura las pautas a seguir son:
1.
La persona que va a tratar la quemadura
debe lavarse minuciosamente las manos.
2.
Enfriar la zona
afectada inmediatamente con agua fría, hasta que desaparezca el dolor.
3.
Cubrir la quemadura con paños limpios
para aislarla.
4.
Como norma
general, no quitaremos la ropa cercana a la quemadura, ya que puede estar
adherida a la piel y podemos empeorar la lesión.
5.
Solamente quitaremos la ropa en el caso
de que esté impregnada en líquidos calientes o productos tales como lejía,
amoniaco, etc. Así evitaremos la progresión de la quemadura.
6.
NO pincharemos las ampollas ya que
estas se pueden infectar.
7.
Si la persona está ardiendo, apagaremos
las llamas con una manta o similar, o haciéndola rodar por el suelo.
8.
Cualquier persona que haya sufrido una
quemadura debe ser reconocida por un médico, para que indique el tratamiento
más adecuado para cada tipo de lesión.
9.
Evitar utilizar aceite, vinagre, pasta
de dientes, barro y los típicos remedios caseros, que aunque logran aliviar
momentáneamente el dolor, pueden repercutir negativamente en la zona dañada. Lo
mejor es utilizar agua, o una crema antiséptica hidrosoluble (furacín).
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